Si no puedes contra ellos… ¿cuál fue la pregunta?
Trabajar con Nazil ha sido como un viaje del que no queremos regresar pronto. La esencia de marca nos ha llevado tan arriba, que hemos creado contenido multiplataforma y conectando con la audiencia de una forma que nadie más podría haberlo hecho.
Lo mucho que nos divertimos con Nazil se nota en cada esfuerzo de comunicación. En la cuenta de Instagram se nos ocurrió salirnos de la línea al dibujar y posicionar la N de una forma sencilla: con muchas N’s.
Ya habíamos hecho todo diferente, así que en vez de hacer la presencia en eventos como lo haría una marca “normal”, mejor la pensamos como un amigo más. Ojos voladores (todos tenemos un amigo que hace eso en los conciertos), repartimos churros de azúcar porque hambre, y la botarga que no podía faltar en la foto del recuerdo.
Los stickers con la N no tienen fin… o explicación lógica. Son parte del esfuerzo de posicionar la N y de esparcir la felicidad y buena vibra de Nazil. Se pueden encontrar al comprarlo en tu farmacia de confianza, colecciónalas, pégalas en tu lonchera, celular o donde se te pegue la gana.
Entendemos que no todos usan Nazil por las mismas razones, por eso el sitio web se divide en las cuatro causas del ojo rojo: fiesta, maquillaje, contaminación y agentes externos.
Date una vuelta, podrás encontrar lo que se ha hecho para cada audiencia, verás que tenemos muy buen sentido del humor.
Y luego llegó el 420.
La fecha más importante del año para Nazil. Si entiendes por qué, Nazil es para ti. Si no te queda muy claro, no te preocupes, Nazil te quiere de todas formas y te quitará el ojo rojo en segundos.
Para este día tan significativo, no podíamos dejar pasar la oportunidad de celebrar en grande. En Guadalajara, la ciudad natal de Nazil, lanzamos 40 historias de 20 segundos en radio (si no te tocó escucharlos puedes visitar nazil.mx para reírte un rato), mismos que después animamos para contenido en redes sociales. Y aparte publicamos un post cada hora en la página de Facebook, uno por cada 4:20pm en el mundo. Sí que nos prendimos con Nazil, ¿verdad?
